El fast food de las ideas

Que mezclar nuestro conocimiento en canales de entretenimiento no nos haga perder el norte.

16 de marzo, 2022

Saber moverse entre el entorno online y offline con conciencia y no de manera reactiva, no solo a nivel conceptual sino también tecnológico, va a ser un arte o una “soft skill” que será cada vez más clave para aquellas personas que quieran liderar su tiempo y su pensamiento.

Y para las personas que trabajamos una marca, la de nuestro negocio y en especial las marcas personales, entender cuándo desarrollamos conocimiento y cuándo estamos entreteniendo es otro reto que deberemos abordar. Digo “entender” porque en un canal digital como una red social se nos olvida y no nos damos cuenta a menudo de dónde estamos y qué estamos haciendo realmente. El agujero negro en relación a nuestro foco que pueden ser las redes sociales, para muchas personas canales claves para la monetización de sus negocios, pueden suponer fácilmente un espejismo en el cual como profesionales podemos perder ligeramente el norte, dejar de profundizar en nuestro trabajo, y acabar pensando que tenemos que hacer un show más que otra cosa.

TRABAJAR PARA EL ALGORITMO

Partimos de la base de que si usamos una red social o plataformas pensadas para el consumidor final, aunque muchas como Instagram o Facebook hayan iterado a modelos de negocio más bien B2B2C, debemos entender su naturaleza original y lo que “premia” el algoritmo de cada casa digital. Muchas de esas variables que hacen que estas plataformas te identifiquen como que “funcionas bien” está alineado con demostrar evidentemente que eres un ser humano que interactúa con otras personas, y que el contenido que creas genera “engagement”. Esto simplificándolo mucho para intentar analizar la esencia, que a pesar de todo lo que hayan evolucionado redes sociales como Instagram y Facebook, y se hayan convertido en una base de operaciones sólida para negocios, siguen teniendo parte de esta naturaleza que hubo en su origen. Interacción entre humanos. Mi versión de esto es que cuanto más “humano enganchado” seas en cualquiera de estas plataformas, mejor puntuación tendrás. Pero claro, no queremos eso como humanos aunque como negocios nos beneficie, y mucho, que así sea.

Nuevos formatos, nuevas posibilidades, es igual a nuevas tareas en la lista de cosas que se supone que debemos hacer. Como el “tienes que hacer reels” que desde 2020 “toca” si quieres que tu contenido se posicione mejor, tenga más alcance y variables de “premio” por parte del Dios Instagram. O el “tienes que estar en TikTok”, que aunque empezase como si de un musical para adolescentes se tratase, ha evolucionado a un target más adulto que a muchos negocios puede interesarnos para buscar nuevas maneras de conectar con nuestra audiencia. Si además el alcance orgánico es mayor (como pasa ahora mismo con TikTok), en comparación con otras plataformas que llevan más tiempo monetizando sus audiencias (como Instagram, Facebook, quizás más adelante pase con Pinterest) los expertos te dicen “¡hay que aprovechar!”. Si no lo haces parece que estás dejando atrás un tren con una gran oportunidad. Pero la realidad es que para la mayoría de “solopreneurs” o personas con equipos pequeños, es a menudo inviable seguir este aluvión de nuevos formatos, posibilidades y canales a los que adaptarse. Y los que piensan que si quieren pueden, a menudo se lanzan a ello ¡e incluso se vuelven expertos!. Pero aquí de nuevo vuelvo con la idea de “agujero negro”, porque este especializarnos en generación de contenido cuando no somos social media managers sino los responsables del negocio, puede hacer que fácilmente empecemos a trabajar para Instagram y no para nuestro propio negocio y la visión estratégica que nos hará a avanzar.

Y en medio de toda esta vorágine en la que es fácil estar más pendientes del qué y del dónde que del cómo, se nos empieza a olvidar algo importante: pensar. Empezamos a perseguir tanto la atención, que se nos olvida qué decir.

MENOS TIEMPO DE EDICIÓN Y FILTROS. MÁS TIEMPO PARA PENSAR Y DESARROLLAR IDEAS.

Si el formato es breve, pensamos en breve. Puedes tener unos reels super divertidos y entretenidos, pero ¿quién se acuerda de estos reels? Si no sabemos elaborar un discurso consistente y coherente en una conversación en directo (offline u online), si no somos capaces de conectar ideas para desarrollar las nuestras propias en profundidad, acabaremos anclados en la dinámica de la dopamina y los flashes de conocimiento superficial. El pensamiento crítico y profundo es el que nos hace evolucionar como personas, no cuatro tips lanzadas en 15 segundos. Hagamos las tips de 15 segundos, pero que vengan de una base previa y consistente que hayas desarrollado tú. Si solo pensamos en micro contenido correremos el peligro de encerrar nuestro potencial de pensamiento en un micro espacio. Un micro espacio muy bien valorado quizás por el algoritmo de turno, pero que a la larga quizás te encierre a ti también.

Creo que deberíamos pensar menos en canales y formatos y más en las ideas y el concepto. Esa idea y concepto debería desarrollarse en un formato macro (en audio, vídeo o texto) para darle espacio y permitir que se desarrolle en profundidad, darle margen a los conceptos también. Del macro contenido luego ya podemos ocuparnos de generar micro piezas y distribuirlas donde queramos. Esto se conoce como estrategia omnicanal y no es nada nuevo. El problema es que, y lo digo por experiencia habiendo hecho un curso sobre ello, a menudo seguir este tipo de estrategias en modo “all in” es insostenible. ¿Por qué? Porque el planteamiento normalmente es el de la persona al servicio de los formatos y lo que se supone que hay que hacer para poder cubrir todos los frentes digitales y no al revés. Y hay un revés posible, que es entender que no tenemos que compartirlo todo y en todos los lugares.

Es interesante observar la tendencia de cada plataforma, y ver que en general el camino es cada vez más al micro entretenimiento. Luego hay contraejemplos como Twitter por ejemplo, que en 2017 no decidió acortar sino ampliar su lienzo de contenido doblando el límite de caracteres permitidos en un tweet. He visto hilos en Twitter que son fantásticos artículos ordenadamente desmenuzados. ¿Dónde podemos compartir entonces ideas en profundidad?

Hay espacio para entretener y debería haberlo también para pensar bien. Como líderes de un proyecto, deberíamos estar atentos al sesgo que tenemos inevitablemente al ser consumidores también de estos canales para no dejarnos influir por ello. Para desarrollar ideas y pensar con claridad, debemos tomar distancia y reservar espacio fuera de cualquier canal en cuestión. El mejor contenido que podemos desarrollar debería ser una pieza en sí misma y concentrarnos en ella, ya sea en texto, vídeo o audio. Deberíamos desarrollar un concepto para esa idea en sí y el propósito que tiene (que debería incluir a la persona que vaya a consumirlo). Eso implica tiempo de desarrollo más allá del formato en el cual luego se compartirá esa idea. Necesitamos tiempo de calidad sin pensar en filtros, en acortar, en editar.

ENTRETENER ONLINE Y PENSAR OFFLINE NOS HACE MÁS HUMANOS

El fast food de ideas se consume fácilmente, se digiere rápido, engancha, es una buena dosis de dopamina y cuando te das cuenta llevas 20 minutos empachándote pero cuando terminas no recuerdas realmente lo que has consumido. Esto nos pasa como usuarios, y es fácil pensar que eso es lo que quieren también los usuarios de nuestros negocios. En este punto y como mentes pensantes detrás de los mismos, deberíamos preguntarnos si queremos generar fast food de ideas o un contenido o conocimiento que nutra, que perdure, que se asiente y se recuerde.

Se usa muy fácilmente como recurso comercial la idea de humanizar el marketing o humanizar lo digital en general. ¿Pero qué quiere decir esto realmente? Muchos de estos profesionales o marcas que están abogando por esto pienso que se están olvidando de aplicárselo a ellos mismos. ¿Cómo podemos humanizarlo de verdad? Pues dejando de crear contenido robótico y envasado al vacío y crear espacios digitales en los que el pensamiento, las ideas, y la creatividad realmente pueda tener lugar. Eso es lo más humano que tenemos. Apostemos por esto, y luego ya podemos crear los reels que queramos.

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